El Canal es un tema sensible para los Estados Unidos

En entrevista concedida a El Nuevo Diario, Cruz Sequeira, también profesor de la escuela de negocios Incae, reconoció que su posición frente al tema canalero ha venido evolucionando, pasando de ser un “escéptico militante” a un “escéptico con la mente abierta a las evidencias”, sobre todo porque conoce la labor, el prestigio y la trayectoria de varias firmas consultoras de calidad mundial, que están envueltas en los estudios de factibilidad del proyecto del Canal Interoceánico por Nicaragua.

En un programa de televisión dijiste que eras un escéptico militante frente a la idea del Canal y, ahora eres un escéptico con la mente abierta a evidencias. ¿Por qué ese cambio?

Nicaragua nació atada a su geografía, la que estaba supuesta a darnos un valor muy especial en el mundo. Es por esto que en la primera mitad del siglo 16, los conquistadores españoles, ubicados en República Dominicana, México, y Panamá, vinieron por estos lares, creyendo que el celebrado estrecho dudoso, el “canal natural” que comunicaba a la mar del norte (Atlántico) con la mar del sur (Pacífico), se encontraba en el lago Cocibolca y el río San Juan, el desaguadero de otrora.

Rápidamente los conquistadores se percataron que este no era el caso, y unido a que en nuestros ríos no encontraron oro, y con la población originaria disminuida por las enfermedades y las exportaciones de los mismos a otras partes de los dominios españoles, Nicaragua perdió aceleradamente su valor en las estructuras administrativas y comerciales del imperio en formación.

Con el pasar de los siglos, con la ruta del tránsito de mediados del siglo 19 –la que hizo más rico a C. Vanderbilt junto con el ferrocarril de Panamá–, Nicaragua recuperó su sueño de ocupar un lugar especial en el mundo precisamente por su lago y su río (San Juan). Los nicaragüenses de entonces nos deleitábamos con los panfletos en Europa y en los EE. UU., anunciando las ventajas de nuestra geografía.

A principios del siglo veinte, la administración de T. Roosevelt tomó la decisión de optar por Panamá para continuar con la obra del Canal iniciada por empresarios franceses, y es entonces, que la devaluación de nuestra geografía es irreversible, y fue cuando sentimos que perdíamos para siempre nuestro destino de grandeza universal. Para la nación fue un golpe sicológico tremendo, y para el general Zelaya, más que todo fue un golpe económico, ya que contaba con el Canal para rescatar las finanzas públicas, las que para entonces eran un desastre total.

A lo largo del siglo pasado vivimos siempre con esta frustración, de tal manera que yo he dicho que el Canal ha sido una suerte de El Dorado, la ciudad de riquezas incomparables que alimentó la fantasía y codicia de conquistadores y filibusteros a lo largo de los siglos, y que los nicaragüenses por andar buscando El Dorado, no éramos capaces de ver verdaderos dorados, como el lago Cocibolca, con su potencial para la irrigación y el impacto que esta tendría en la agricultura nicaragüense.

Mi molestia con el tema del Canal es que precisamente nos distraía de buscar proyectos más modestos pero viables y de gran impacto cuando todos los proyectos se sumaban. Sentía que el país, como esos jugadores de baseball, que por andar buscando siempre el home run, terminaban ponchados cada vez que le tocaba turno al bate.

¿Cambió esa percepción desde que asististe al acto oficial, en el que se suscribió la concesión canalera?

No, mi proceso de conversión empieza con mi amigo Dionisio Marenco, quien me enseña cifras que me parecieron interesantes, pero siempre seguía siendo escéptico, aunque menos conspicuo, menos militante. Meses atrás, por tener una muy buena amistad con algunos de los miembros de la firma deMcLarty Asociados, confirmé que están trabajando con la compañía china interesada en el Canal (HKND Group.)

Todos los que de alguna manera hemos estado expuestos a Washington sabemos el enorme peso político que McLarty tiene en esa ciudad. McLarty era el antiguo jefe de gabinete del presidente Clinton, cuando él se retira del cargo, se asoció con el señor H. Kissinger y se crea McLarty en Washington y Kissinger en New York, y es una alianza que ellos sostuvieron hasta el 2008 cuando optan por separarse. Mi sorpresa de que McLarty sea el encargado de las relaciones de la compañía del Canal con la sociedad política norteamericana, es obviamente una sorpresa agradable, porque me doy cuenta que esta compañía (china) al menos tiene la sofisticación y los recursos para asociarse a un grupo del calibre de McLarty.

Posteriormente me percato que también McKinsey está asociado al proyecto, y sabemos que McKinsey es una de las principales firmas consultoras a nivel mundial, y también me percato que esta Kirkland& Elis, la firma legal establecida en Chicago, el quinto bufete más grande de los Estados Unidos y entre los primeros diez en el mundo. Y empiezo a reconocer otros asesores de gran calidad asociados a la compañía Hong Kong Nicaragua Canal DevelpmentInvestment Co. Ltd. Es entonces, que la idea del Canal de Nicaragua, siempre subyacente en nuestro quehacer nacional, por primera vez en un siglo da la impresión de contar con los recursos para corroborar si la idea es factible o si es El Dorado de siempre.

Tengo entendido que los estudios de factibilidad son muy costosos y es por eso que la compañía china requería de la concesión que le otorgó el gobierno de Nicaragua. Cuidado que los estudios de factibilidad concluyan que algunos de los proyectos alrededor del Canal son viables y otros no, incluyendo el propio Canal.

Es por lo que te he dicho, que además de ser menos escéptico, también hoy tenga esperanza que el sueño de medio milenio se realice finalmente.

¿Por qué han buscado consultores de ese calibre?, recuerdo que el vocero MacLean-Abaroa dijo que en una etapa posterior quieren convencer a inversionistas como Warren Buffet para que financien el megaproyecto, ¿necesitan entonces que esos estudios de factibilidad tengan esa calidad?

Suponiendo que los estudios de factibilidad son exitosos, viene entonces el otro paso, buscar un banco de inversiones, para que sea este el que presente las bondades del proyecto a los institutionalinvestors como Warren Buffet y como los fondos soberanos. Si se llega a ese punto, en año y medio o dos años, la compañía china deberá buscar un banco de inversiones o un sindicato de bancos, todos de mucho prestigio, para proceder a reunir los fondos.

¿Por qué necesitan involucrar a expertos cabilderos en Washington?

Porque el Canal obviamente tiene una gran simbología, y es que históricamente hablando, esta ha sido la esfera de influencia inmediata de los Estados Unidos, y por lo tanto, independientemente de que la compañía (china) sea privada, sigue teniendo la característica de que es de un ciudadano de China continental (Wang Jing), quien probablemente tiene vínculos indirectos con la estructura de poder formal. Entonces esa sensibilidad tiene que ser bien administrada puesto que no deja de ser un tema relevante para los Estados Unidos, de que un proyecto de esta magnitud, esté en su esfera de influencia inmediata.

No olvidemos que el desafío estratégico del siglo veintiuno es la relación Estados Unidos-China. Estados Unidos es el poder establecido, China el poder emergente. A lo largo de la historia, cuando esto ha ocurrido, hay más conflictos que cooperación entre el establecido y el emergente. Lo positivo de la relación Estados Unidos-China, es que las élites de ambos países están conscientes de lo dicho, y es por eso que están abocados a que sus diferencias no se vuelvan conflictos irreconciliables, sino más bien tensiones manejables.

La interdependencia económica entre los dos grandes es impresionante y por lo tanto hay mucha sensibilidad de parte de la compañía china, y de su gobierno, supongo yo, sobre la percepción de los norteamericanos, en el tema del Canal, y por lo tanto la importancia del rol que juega una firma como McLarty.

Ahora, tomemos en cuenta lo siguiente, la economía más grande en el mundo, en términos de dólares nominales, continúa siendo la norteamericana con un veinte por ciento del PIB mundial, la Unión Europea con otro veinte por ciento, y China con un diez por ciento. Entre Estados Unidos y China comparten el treinta por ciento del Producto Interno Bruto mundial, pero, además de eso, el flujo comercial que hay entre las dos economías es impresionante, el stock de inversión directa de Estados Unidos en China es notable, y las inversiones directas de China que están empezando a fluir a los Estados Unidos también lo son, aunque todavía no tienen la misma dimensión de las inversiones directas de Estados Unidos en China. Sin embargo, el Banco Central de China tiene en su posesión más de un trillón de dólares en papeles del Tesoro estadounidense, y cuando tomas en cuenta lo que tienen residentes de Hong Kong, te percatas que entre Beijing y Hong Kong poseen cerca de US$1.3 trillones en notas del Tesoro de EE.UU.

Ahora bien, recordá que China en los últimos años ha sido una economía de crecimiento hacia afuera, y en esa estrategia de crecimiento hacia afuera, más del veinte por ciento de sus exportaciones van a los Estados Unidos. Para China continental la economía norteamericana es uno de sus principales motores de crecimiento económico. Inclusive, vale la pena preguntarse cuántos componentes de insumos norteamericanos van en las exportaciones de China a Estados Unidos, precisamente por el stock de inversiones estadounidenses en China.

Entonces, como podés ver, los flujos comerciales, los flujos de inversión, el tema del Banco Central chino y su acaparamiento de los papeles del Tesoro de Estados Unidos, y la necesidad para la economía China de que Estados Unidos crezca, es fundamental y, por lo tanto, es una relación que los chinos cuidan por encima de las otras relaciones, y lo mismo podemos decir de los norteamericanos. Para ambos es la relación que va a definir el siglo veintiuno.

¿Se generaría algún problema político en esa relación cordial entre Estados Unidos y China, si los Estados Unidos descubrieran que detrás de esta empresa está realmente el gobierno de China?

El gobierno de China, dicho sea de paso, tiene reservas brutas por cerca de cuatro trillones de dólares, que es el equivalente de un PIB y medio del de Brasil, la sexta economía más grande del mundo. En un futuro, yo creo que lo más probable es que el gobierno chino, como lo harán otros fondos soberanos, invierta en este proyecto, si es que el proyecto tiene sentido. Pero, por el tema de la sensibilidad norteamericana, he escuchado a los consultores externos de la compañía china insistir en la importancia de la diversidad en la nacionalidad de los inversores.

Ahora, si esto se administra bien, confío que en vez de ser un tema de conflicto entre China continental y los Estados Unidos, puede ser un punto de acercamiento, ya que logísticamente hablando, va a ser necesario tener obras que faciliten el comercio mundial. En los próximos treinta años, las exportaciones de Estados Unidos van a crecer siete veces, y las importaciones de Estados Unidos van a crecer cuatro veces y, gran parte de este crecimiento es provocado por el comercio con China.

Nicaragua en escena

¿Crees que es inevitable que en algún momento Nicaragua tenga que establecer relaciones diplomáticas con China continental debido a este tema?

Yo siempre he creído que las relaciones (diplomáticas de Nicaragua) deben ser con China continental. ¿Cómo proceder en esa dirección? Pues, no estoy tan claro porque veo que tenemos como país un apego muy fuerte con Taiwán. Lo bueno es que Taiwán y China continental cada día se entienden mejor. Por dicha la relación entre ellos es más fluida.

¿Pero, provocaría la misma alarma en Washington, si Nicaragua establece relaciones con China continental, igual o en la misma dimensión que la que ha originado los vínculos con Irán por ejemplo?

Nunca como la relación Nicaragua –Irán. Recordá que el régimen en Irán, y aquí quiero ser enfático, es para los norteamericanos probablemente la gran amenaza. ¿Por qué?, porque en el contexto norteamericano, está el tema de Israel, está el tema nuclear, está el tema del terrorismo, y está la memoria histórica, de lo que ocurrió en el año 79 con su embajada (en Teherán), por eso es que para los Estados Unidos todo, o casi todo, es manejable, salvo una relación íntima y conspicua con el régimen de Irán.

El desafío

“No olvidemos que el desafío estratégico del siglo veintiuno es la relación Estados Unidos-China. Estados Unidos es el poder establecido, China el poder emergente”.