Primer discurso de Arturo Cruz como precandidato a la Presidencia de Nicaragua

Arturo Cruz d

Discurso de Inscripción de precandidatura presidencial en Alianza Ciudadana, 26 de abril de 2021.

Queridos Compatriotas:

Me gustaría empezar diciendo, que el camino que hoy emprendemos hacia la presidencia no será nada fácil. Está lleno de obstáculos, de trampas, de dificultades, y de incertidumbre. Sin embargo, quiero expresarles con claridad infinita, ésta es la tarea más apasionante y compleja con la que me he comprometido a lo largo de mi vida.

El día de hoy, estamos dando un paso decisivo en el camino hacia la salvación de Nicaragua. Cada día que pasa, el cambio está más cerca. Se percibe, es un sentimiento silencioso que recorre todos los rincones del país.

Pero no nos olvidemos, lo que tenemos por delante es una de las más grandes batallas de nuestro tiempo. Un desafío que va a requerir nuestros mejores esfuerzos, nuestras convicciones más profundas y nuestra determinación más absoluta en la victoria. Esa que obtendremos de manera abrumadora, con el favor de Dios y del pueblo, el próximo siete de noviembre.

Nuestra historia ha estado marcada por la intolerancia política, el surgimiento de caudillos, intervenciones externas, guerras civiles, dictaduras, revoluciones. Para muchos, siempre hemos vivido al borde del abismo, con el país suspendido en un hilo.

En este punto, incluso podríamos preguntarnos: ¿Estamos condenados los nicaragüenses siempre a repetir el pasado? ¿Acaso nos persigue una maldición histórica que no nos permite salir del subdesarrollo y del atraso? A la luz de los acontecimientos actuales, pareciera que efectivamente es así. Sin embargo, esa solo es una cara de la misma moneda.

Lo que hoy nos tiene aquí, tratando de salvar a Nicaragua en este momento histórico, es que también somos herederos de un pasado que no es del todo funesto. Hemos tenido ejemplos de líderes que han defendido valores democráticos, proyectos transformadores que han hecho avanzar a Nicaragua y también momentos fundamentales, donde los nicaragüenses hemos tenido la valentía de superar nuestras diferencias, para poner a la Patria por encima de todas las cosas. Es eso, lo que ha forjado nuestro carácter.

El doctor Arturo Cruz, precandidato a la presidencia por Alianza Ciudadana, dijo que el favor del pueblo nos los vamos a ganar a pulso, compitiendo democráticamente por la nominación.

En abril de 2018, la mayoría de la sociedad nicaragüense dijo basta y exigió un cambio de rumbo, al régimen autoritario que se venía instalando en el país. Nuevamente, corrió la sangre de hermanos y no tuvimos a un gobierno a la altura de las demandas legítimas de la gente. De nuevo, desde la irracionalidad del poder, se apostó por la coerción, por la fuerza, por la represión y por la muerte.

Teníamos a un régimen que insistía en mantenerse abstraído de la realidad que se estaba configurando. No comprendían cómo era posible que a un pueblo al que le habían dado supuestamente tanto, les hubiera dado la espalda. Y es que esa, es quizá la mayor tragedia y equivocación de la pareja imperial hasta nuestros días.

Pero es que no solo de pan vive el hombre. Los nicaragüenses también tenemos aspiraciones políticas, también queremos ser partícipes de nuestro propio destino, y, definitivamente, también queremos seguir forjando nuestro espíritu democrático. Compatriotas, hoy nuestra Patria, se encuentra amenazada. Estamos atrapados en un limbo. Entre un viejo país que se niega a morir, y uno nuevo que no termina de llegar.

El doctor Arturo Cruz comparte su discurso ante sus seguidores el 26 de abril de 2021 tras la inscripción de su precandidatura a la presidencia de Nicaragua en Alianza Ciudadana.

Hoy no tenemos República, sino más bien, una envejecida monarquía del siglo XVI, que insiste en aferrarse al pasado, a la penumbra. Y los nicaragüenses no queremos seguir siendo súbditos nunca más. No lo podemos permitir. Queremos ser ciudadanos libres, de un nuevo orden democrático, donde nunca más tengamos que hacer reverencia a ningún monarca.

Ahora les digo, en este arduo camino por salvar a la patria y traer la democracia, nadie es indispensable, por el contrario, todos somos necesarios, más si estamos juntos. Debemos pensar más allá de nuestros intereses personales y poner el interés de nuestra patria por encima de todo. Aquí lo que está en disputa no es una candidatura a la presidencia o una diputación en la Asamblea Nacional.

Aquí está en juego el futuro de nuestro país, el de nuestros hijos, el de los niños desamparados, el de los nicaragüenses que perdieron su empleo, el de los que no pueden llevar el pan a su mesa, el de los pequeños empresarios que han tenido que cerrar sus pequeños negocios, el de los campesinos que no tienen acceso al crédito, el de los jóvenes que tienen que emigrar por falta de oportunidades. El de las abuelas, abuelos, madres, padres, hermanos, tíos, primos, amigos, que no han podido llorar a sus muertos en paz, que no se les ha dejado sobrellevar su luto, buscar consuelo. Y qué decir de los presos políticos y sus seres queridos que día a día sufren ese martirio. Eso es lo verdaderamente importante queridos compatriotas.

No nos confundamos. Por eso, debemos aferrarnos al futuro, a ese porvenir que todos nos merecemos como pueblo. En estas horas oscuras, la patria necesita de sus mejores hijos e hijas. Valor queridos compatriotas, valor.

El doctor Arturo Cruz, precandidato a la presidencia de Nicaragua en conferencia de prensa, el 26 de abril de 2021.

La nuestra es una lucha titánica, contra un régimen que tiene a nuestro país en la penumbra, en la oscuridad, pero también es una lucha inclaudicable contra la pobreza, contra la miseria, que sigue agobiando a tantas familias nicaragüenses. Eso nos debe motivar todos los días, a que pase lo que pase, no tenemos permitido rendirnos jamás.

Y ahora les pregunto: ¿Cuántas veces nos han dicho a los nicaragüenses que somos ingobernables? O que nunca saldremos del atraso, porque siempre estamos en guerra contra nosotros mismos. Ese prejuicio nos ha perseguido por siglos, y hemos dejado que se convierta en vergüenza. Pero estoy convencido que a todos los que estamos aquí, se nos hincha el corazón para gritar que esa idea es equivocada. Y yo también les daré la razón. Porque en verdad, en medio de nuestra historia turbulenta, también hemos tenido referentes heroicos que nos guían hasta hoy.

Por eso rescato aquel pensamiento del gran General Liberal Benjamín Zeledón, que, en esa época oscura de comienzos del siglo, rodeado por el enemigo, y sabiendo que la muerte era segura, decía: “Sin Libertad no hay vida; sin igualdad no hay luz; sin autonomía nacional impera el caos… Peleamos porque la Libertad nos dé vida, la Igualdad nos dé Luz y porque la Autonomía nacional efectiva, reconquistada, haga desaparecer el caos en que navegamos”… Y es que hoy, este régimen prácticamente es un gobierno de ocupación, que invade nuestra patria y nos trata como sus enemigos, no como sus connacionales. Hoy Nicaragua es territorio ocupado, necesitamos salvarla, liberarla.

No podemos seguir permitiendo que, en nuestro país, los caprichos de la pareja imperial nos arrastren a un caos sin fin. En estos tiempos inciertos, los nicaragüenses tenemos la oportunidad de demostrar ante la historia de la patria, que somos capaces de reconducir al país hacia un nuevo destino. Sin violencia, sin terror, sin balas, sin muerte.

El doctor Arturo Cruz, precandidato a la presidencia de Nicaragua en Alianza Ciudadana.

Esta es una lucha que nos pertenece a todos los hijos buenos de la patria, que estamos dispuestos a no dar reposo a nuestras almas hasta conseguir la libertad. No aceptaremos imposiciones de ninguna índole ni falsos liderazgos. El favor del pueblo nos los vamos a ganar a pulso, compitiendo democráticamente por la nominación. No hay otra manera. Estén seguros, se los digo con certeza absoluta queridos compatriotas, mejores tiempos se avecinan.

Nicaragüenses, estamos en la antesala de la gran batalla electoral. Tenemos ante nosotros una de las pruebas más duras a las que ha sido sometido nuestro pueblo. Nos enfrentamos a un adversario que controla todo en nuestro país, y que hasta el libre pensamiento nos ha querido arrebatar.

Sabemos que harán todo lo posible por inclinar la balanza electoral a su favor, incluso, si se llevan a cabo las reformas electorales por las que luchamos. Está en su naturaleza. Sin embargo, les pregunto: ¿Acaso se ha dicho la última palabra? Solo por eso ¿nos rendiremos? No queridos compatriotas, mil veces no.

Este régimen no le ofrece al país ningún futuro posible, porque un país sin instituciones democráticas es insostenible en el tiempo. Por eso, los nicaragüenses debemos preguntarnos: ¿Realmente es viable que este régimen sin ninguna legitimidad continué? ¿O realmente nos merecemos algo mejor? Nuestro país no puede seguir viviendo en la incertidumbre permanente y en ciclos de violencia sin fin. No lo merecemos.

Por eso, tenemos la responsabilidad de convertir esa mayoría social que no quiere seguir siendo súbditos de la pareja imperial, en una mayoría electoral que nos permita cambiar de verdad las cosas. En ese camino, incluso debemos arrebatarle más votos al sandinismo. Ellos se sienten muy confiados en su supuesta base dura, misma, que de abril para acá se ha vuelto bien maleable. Por eso, esa seguridad realmente es una fantasía.

Estoy seguro que muchos que aún apoyan, o que aparentemente respaldan al régimen, también quieren tener un país en tranquilidad, sin violencia. Por eso, también les digo a los nicaragüenses que se siente rehenes de este régimen, la patria es de todos y ustedes también son parte del cambio, no deben preocuparse por su futuro. El día de las elecciones, acuérdense que el voto es secreto.

Compatriotas, hoy les digo con absoluta convicción, que conseguiremos una victoria abrumadora el siete de noviembre y una mayoría calificada en la Asamblea Nacional, que nos permitirá regenerar nuestras instituciones, cambiar todo lo que deba ser cambiado y saciar de verdad, la sed de justicia.

Pero que no se nos olvide, no nos puede vencer la desesperanza, el miedo, el terror, las amenazas. Lucharemos en los campos, en las ciudades, en los barrios, casa a casa, para convencer a nuestro pueblo que debe salir a votar.

El futuro de la patria está en juego, que eso jamás se nos olvide. La patria nos necesita. Pero debemos siempre hablar con claridad, los desafíos que tenemos por delante son enormes. Estamos conscientes del riesgo que conlleva participar en unas elecciones, aunque haya reformas electorales, de la posibilidad de la trampa, de la desconfianza entre nosotros, pero también de la responsabilidad histórica que tenemos en frente.

Por eso, hay algo que, si les puedo decir sin vacilación, es que las dictaduras y los regímenes autoritarios si salen con los votos. Pero que tampoco se nos olvide, que las elecciones son un medio, pero nunca el fin. Lo más duro vendrá después, cuando veamos a los ojos a los millones de nicaragüenses que confiaron en nosotros, para decirles que estamos ahí de paso, que nos sabremos ir cuando llegue el momento, y que les serviremos con fidelidad, porque el poder es de ellos y de nadie más.

Compatriotas, que nunca más nos digan que no se puede, que es imposible. Porque si hay algo que este pueblo sabe, es de “luchas y de honor”. La esperanza no nos defrauda nunca, mucho menos nuestra Fe. Nuestros ideales y nuestra convicción es lo que nos mueve. La salvación de la patria está en nuestras manos.

La penumbra desaparecerá, estoy seguro. Seamos buenos guardianes, por eso, de ese germen democrático que creíamos perdido y que hoy nos acompaña en este enorme desafío. Estoy seguro, que ya nunca más nos abandonara.

En estos meses que nos quedan antes de la gran batalla electoral, estaré comprometido en promover la confluencia, en forjar los consensos necesarios, en escuchar a todos los sectores, para poder presentarle al país un plan de nación con una visión optimista e inclusiva, que realmente recoja las demandas más apremiantes del pueblo de Nicaragua.

No repitamos los errores del pasado, sacudámonos el alacrán en la camisa y ahora sí, en unión, construyamos juntos una alternativa real de poder que sea sostenible en el tiempo. No más caos, no más guerras fratricidas, no más intolerancia. El pasado nunca más.

Hoy yo les puedo decir mirándolos a los ojos, que les ofrezco mi sudor, mi esfuerzo, mi conocimiento y amor infinito a la patria, en este arduo camino que hoy emprendemos. No me rendiré, no claudicaré, no les fallaré jamás.

Sigamos construyendo esta gran Alianza Ciudadana. Que se haga sentir nuestra presencia en cada rincón de Nicaragua. Seguiremos puerta a puerta, diciéndole a nuestros compatriotas que la salvación de nuestra patria está cerca, que no desfallezcamos, que pronto tendremos patria de verdad. Mantengámonos firmes en nuestras convicciones y en nuestra confianza en nosotros mismos.

Esta es una tarea que emprendemos con optimismo y esperanza. Esta será una campaña de alegría, de confianza en que el porvenir está cerca.Que no se nos olvide, que cuando la noche está más oscura, el amanecer está próximo a llegar.

La verdadera unión es la de los nicaragüenses que estamos decididos a asumir nuestro deber con la patria. Si algo nos ha enseñado nuestra historia es que, a pesar de tantas tragedias, también hemos sido capaces de hacer realidad lo que parecía imposible de alcanzar.

Nuestro país saldrá adelante mientras existan nicaragüenses dispuestos a defender la dignidad nacional y a no dejarse someter por ninguna tiranía. Con el favor de Dios y el voto del pueblo en las urnas, la victoria es indetenible.

Esta es, realmente nuestra prueba definitiva. La que decidirá el destino de nuestra patria para las próximas generaciones. El gran día se acerca, nos convoca, nos espera. Ese día, será cuando nuestras ilusiones más profundas, y nuestros anhelos más intensos como pueblo, se fundan en un solo lugar, las urnas.

Finalmente, les pregunto, queridos compatriotas: ¿Cuál debe ser realmente nuestro objetivo? Puedo contestarles sin vacilación. Salvar a toda costa, nuestra Patria. Salvarla a pesar del terror, salvarla a pesar de la desolación, salvarla a pesar de la desesperanza, salvarla a pesar de todo. Cueste lo que cueste, vamos a vencer.  

Valor, nicaragüenses, valor

Por la patria, por la patria, por la patria

Viva Nicaragua